A pesar de haber dedicado gran parte de su vida a la medicina, el mundo de las letras y el escenario hizo de Tomás Urtusástegui uno de lo hombres más reconocidos del teatro mexicano. La madrugada del 9 de abril se dio a conocer el fallecimiento del ícono de la dramaturgia mexicana.
Autor de más de 300 obras, de las que cientos lograron ser estrenadas, ganó el Premio Nacional de Dramaturgia “Juan Ruiz de Alarcón” en 2005, máxima distinción otorgada a un dramaturgo en México. Además, fue escritor y guionista de televisión por varios años.
Nació el 12 de marzo de 1933 en la Ciudad de México, cursó la carrera de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y formó parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de donde se jubiló en 1993.
Luego de haber dado parte de su vida al sector salud mexicano, decidió incursionar en el teatro a los 50 años. De acuerdo con archivos gubernamentales, el dramaturgo habló de esta decisión al contar:
Comencé a trabajar muy grande, como a lo 50 años (…) me dediqué a la Medicina y nunca la dejé hasta que me jubilé. Sin embargo, estos últimos años los he dedicado orgullosamente al teatro y a la escritura
La cifra de su producción se mueve entre la 300 y 400 obras, las cuales han sido traducidas a distintos idiomas como al inglés, al papiamento, al holandés y al francés, además de haber sido escenificadas en varios países alrededor del mundo como Estados Unidos, Aruba, Holanda, Japón, España y Chile.
Entre sus títulos más reconocidos se encuentran “Agua Clara”, “Huele a gas”, “Y retiemble en sus centros la tierra”, “Yo solo sé que te vas”, “Yo solo sé que me quedo” y “Vida, estamos en paz”.
Tras dejar la medicina, fue becario del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta) desde 1994 y hasta el 2000, un periodo en el que tomó cursos de teatro y dramaturgia en Guatemala y Uruguay. Entre sus profesores se encontraron figuras como Vicente Leñero y Hugo Argüelles. Durante su becaría, también editó al lado del escritor Felipe Galván, la “Colección de Teatro Iberoamericano”.
Además de un Premio Nacional de Dramaturgia, Urtusástegui fue distinguido con la medalla “Mi vida en el teatro” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el año 2000, varios premios de periodistas teatrales y, nada más y nada menos que Las Llaves de la ciudad de Dallas, Texas.
Varias puestas en escena de sus obras recibieron reconocimientos como fue el caso de “La duda”, “Cupo limitado”, “Sangre de mi sangre”, “Volver” y “Carretera del Norte”.
Participó en varias producciones televisivas como “Divorciadas”, una telenovela cuyo texto Urtusástegui comenzó a escribir poco antes de los cincuenta años.
De acuerdo con el Diccionario de escritores mexicanos siglo XX (U-Z) publicado por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, el dramaturgó colaboró con críticas, crónicas, cuentos y teatros para varios periódicos como El Nacional, Unomásumo, El Día y Tribuna; así como para las revistas Repertorio, Escénica, Primera Llamada, Siempre!, Plural y En Teatro, varias de estas publicaciones actualmente ya no existen.
Fue titular interno de la Sociedad de Escritores de México (Sogem), en cuya escuela estuvo impartiendo talleres. También dio clases en el Instituto Politécnico Nacional, en el Centro Carlos Ancira y en Televisa. Impartió cursos de guión de teatro y radio en la Cámara de la Industria de Radio y Televisión entre el año 1998 y 2000.
Diversas instituciones culturales de México lamentaron su pérdida en redes sociales, entre ellas, la Sogem y la división de Cultura y Teatro de la Ciudad de México.
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